Ya esta aquí la carrera deseada, llevas la última semana haciendo ejercicios de autoestima, estás cansado pero no importa, has hecho muchos kilómetros, dedicado tiempo, energía y atención, en esta semana has comido hidratos y te has hidratado bien. Vas con tu pareja que se ha quedado en la línea de salida con la bolsa y las llaves, te tiene preparada una camiseta seca para cuando llegues y te va ha hacer fotos, normalmente no recibe nada a cambio, ni siquiera agradecimiento, sino que tener que soportar la pena del aspirante a ganador que no ha llegado con el tiempo previsto.

Suena el disparo de salida, te lanzas hacia la gloria, ahora lo puedes demostrar, a ti, a los demás corredores y a los que te han sufrido en este periodo de esfuerzo y sacrificio. A veces el resultado es el que has buscado y querías, te acuestas con la satisfacción del ganador, otras, muchas, no sale como querías, entonces te haces preguntas, hacía viento, llovía, me entro flato, muchas cuestas…es lo que le cuentas a amigos y familiares, más tarde, cuando te quedas solo piensas con más claridad, diseccionas la carrera, tratas de buscar el culpable de tu desfallecimiento, primero buscas en agentes externos, al final sabes que la culpa esta en ti mismo. Retrocedes y recuerdas esos días que te saltabas el entrenamiento o que no te quedabas satisfecho, piensas “no me vuelve a pasar”. Te sientes mal y triste pese haberlo dado todo.

Sabes que un fracaso en el atletismo no sirve más que para animarte a mejorar en la próxima ocasión, para ti correr es una actividad lúdica de la que disfrutas, el hecho de correr 21, 42 o 100 kilómetros está fuera del alcance de la gente que te rodea y te hacen sentir algo excepcional, cuando les cuentas que has hecho un maratón tus amigos te miran con cara rara y lo menos que te dicen es que estas un poco loco.

No te obsesiones con las marcas, el rendimiento deportivo, como todo en la vida, depende de muchos factores y todos cuentan, hay un punto de inflexión, debes de ser humilde para reconocer donde esta el tuyo, las marcas y logros de los demás tienes que verlos objetivamente, cada uno es cada uno.

Tienes que intentar ser un corredor@ feliz y seguir los estos consejos:

-No te marques objetivos imposibles.

-No te compares con los demás.

-Acepta que las condiciones en una carrera difícilmente pueden ser perfectas.

-No pienses que correr es un acto agonístico y competitivo.

-Dale a correr el valor que tiene, es una actividad más en la vida.

-Un califa nunca se rinde.