MUJER Y DEPORTE
Aunque se ha avanzado mucho desde que a principios del siglo XIX, comenzará el movimiento deportivo femenino, con la creación en 1917, por la francesa Alice Melliat, de la Federación de Sociedades Femeninas de Francia (FFSF), y más tarde el 31 de octubre de 1921, con el apoyo de Estados Unidos, Gran Bretaña, Italia, Checoslovaquia y Francia, con la fundación de la Federación Internacional Deportiva Femenina (FSFI), la participación de las mujeres en la actividad física y en el deporte es todavía en la actualidad, menor que la de los hombres. El deporte es un reflejo más de la menor presencia de la mujer en otros ámbitos de la sociedad como el laboral, el cultural o el político.
Para llegar a la realidad actual, la mujer ha tenido que superar muchos estereotipos sociales que relacionaban el deporte con determinados valores asociados a la masculinidad, como la fuerza física, la competencia, la agresividad o la resistencia, cuando la evidencia teórica y empírica demuestran que las diferencias que siguen existiendo entre hombres y mujeres en la práctica del deporte responden más a elementos culturales que a biológicos. El acceso de las mujeres a la práctica deportiva es más lenta que el que se produce en otros ámbitos sociales debido a la mayor dificultad para conciliar la vida profesional y familiar, el mayor nivel de exigencia para llegar al mismo reconocimiento que los hombres o las conductas asociadas con los roles sociales masculinos.
En nuestro país además, las mujeres han tardado bastante más en tener una importancia numérica en los equipos olímpicos, tienen menos representación en cargos de responsabilidad en federaciones, clubes y centros universitarios de formación, y ocupan menos puestos de trabajo en el mercado laboral deportivo. La II República fue un momento liberalizador, y los niveles de tolerancia, mucho mayores. El franquismo representó un freno radical a todas las iniciativas. Se volvió al paradigma de la feminidad basado en la exaltación de la maternidad gracias a la que se reproduciría la raza. El deporte se encomendó a la Sección Femenina, debidamente tutelada por la Iglesia Católica. Desde la Transición, las mujeres se han ido incorporando al deporte de forma progresiva, aportando sus propios valores y modos de hacer.
Los últimos datos publicados en el Anuario de Estadística Deportiva 2013, publicado por el Mº de Educación, Cultura y Deporte, basados en los resultados de la Encuesta de Hábitos Deportivos en España (2010), reflejan que el 49,1% de hombres practican algún deporte, frente al 31,1% de mujeres o que el 7,7% de hombres practican el atletismo y solo el 3,3% de mujeres. En Andalucía las personas de ambos sexos que practican deporte está por debajo de la media nacional y la diferencias de género son aún mayores (47,2 % de hombres y 24,7% mujeres). Comunidades como Madrid (38,4% de mujeres), Cataluña (36,4% de mujeres) o Baleares (35,8% de mujeres), sobrepasan la media nacional de mujeres que practican deporte y superan en más de 10 puntos los datos de Andalucía.
Si nos referimos al deporte de competición, todavía las diferencias entre hombres y mujeres son mayores. En pruebas nacionales participan un 3,6% de hombres y solo un 1,6% de mujeres. Mientras que en pruebas locales y provinciales participan un 14,3% de hombres y solo el 3,6% de mujeres.
Con esta realidad, que muestra grandes diferencias todavía a pesar de los avances conseguidos en las últimas décadas, el Club Deportivo Los Califas Atletismo tiene, desde su creación, como uno de sus objetivos fundamentales potenciar la práctica de la actividad física de la mujer. El número de mujeres socias del Club sobrepasa el tercio del total y es muy superior al de otros. Además, en la Escuela Deportiva el número de niñas es más del doble que el de niños. Y, también es especialmente significativa su presencia en la Junta Directiva, con cuatro mujeres, dos de ellas la Presidenta y Vicepresidenta. Si nos referimos a la participación de las mujeres del Club en las pruebas deportivas federadas y carreras populares, y a los éxitos que estas consiguen, nuestro Club destaca aún más.
En este contexto, de convicción profunda, corroborada con los hechos, por la apuesta del deporte femenino, es donde se enmarca la década de trabajo que llevamos organizando La Carrera de la Mujer (203 participantes en 2010, 252 en 2011, 513 en 2012, en 2013 fueron 1000, en 2014 entraron más de 1600 mujeres en meta y en 2015 se asignaron 2664 dorsales, de los que llegaron a meta 2279, y se quedaron muchas mujeres sin dorsal porque se agotaron días antes de la Carrera). Este año se celebró la XI edición de la Carrera,la cual ha tenido un record de participación con más de 2000 mujeres y que esperamos pueda ser superado en la próxima edición. Esta gran participación, la propia organización de la carrera, y la colaboración de las entidades públicas y privadas, hacen que se haya convertido en referencia a nivel andaluz.